II SEMANA - SEXTO DÍA - Consagración de nuestros bienes interiores
II SEMANA – SEXTO
DÍA
Consagración de nuestros bienes interiores. Direccionar todos
nuestros pensamientos y sentimientos a Dios.
1.- Por
la mañana, al levantarse:
Rezar:
o
Credo
Creo en un solo
Dios, Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la
tierra,
de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo
Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios, nacido
del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros lo hombres,
y por nuestra salvación bajó
del cielo,
y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue
crucificado
en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo,
y está sentado a la derecha
del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria
para juzgar a
vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo,
Señor y dador
de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el
Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por
los profetas.
Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del
mundo futuro.
Amén.
o
Magníficat
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en
Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el
Poderoso ha hecho obras grandes por mí. Su nombre es Santo y su misericordia llega
a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón.
Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos
los colma de bienes y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su santa alianza según
lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por
siempre. (Lucas 1, 46-55)
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en
principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amen.
o
Consagración
del día a María para que actúe en nosotros y nos proteja de todo peligro.
Oh, Señora mía, oh, Madre mía, yo me ofrezco enteramente a Ti, y
en prueba de mi filial afecto te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua,
mi corazón; en una palabra: todo mi ser. Ya que soy todo tuyo, oh, Madre de
bondad, guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya. Amén.
o
Invocación del
Espíritu Santo.
Ven, Espíritu Santo,
y envía del Cielo
un rayo de tu luz.
Ven, padre de los pobres,
ven, dador de gracias,
ven luz de los corazones.
Consolador magnífico,
dulce huésped del alma,
su dulce refrigerio.
Descanso en la fatiga,
brisa en el estío,
consuelo en el llanto.
¡Oh luz santísima!
llena lo más íntimo
de los corazones de tus
fieles.
Sin tu ayuda,
nada hay en el hombre,
nada que sea bueno.
Lava lo que está manchado,
riega lo que está árido,
sana lo que está herido.
Dobla lo que está rígido,
calienta lo que está frío,
endereza lo que está
extraviado.
Concede a tus fieles,
que en Ti confían
tus siete sagrados dones.
Dales el mérito de la
virtud,
dales el puerto de la
salvación,
dales la felicidad eterna.
Amén.
o
Oración
¡Oh, Virgen!, yo te consagro todos esos
momentos donde no he sentido la cercanía a Dios de una manera importante,
sensible; donde los sacrificios de tu Hijo me parecen extraños. Me consagro en
tu fe y en tus esperanzas de manera que no me tropiece, que no me detenga en el
camino. Te consagro mis sequedades, mis noches espirituales, en los momentos
donde no puedo discernir el Cuerpo de tu Hijo en mis hermanos y especialmente
en los pobres. ¡Oh, María!, Nuestra Dama del sufrimiento, yo te consagro mis
angustias y mis dudas, mis miedos y mis pequeñas muertes, yo te consagro la
hora de mi agonía. Mi vida y mi muerte te pertenecen para que en ellas, tú
honres a tu Hijo y glorifiques a Dios. Amén.
Proponer y pedir al Espíritu Santo, que nos dé su gracia para
poder vivir:
o
El Propósito del día:
Escoger lo que le dé más gloria a Dios.
o
La imitación de María:
Ser servidora del Espíritu Santo.
o
Y la práctica Penitencial:
No ver la televisión este día.
2.-
En el momento más oportuno:
o
Lectura de la Sagrada Escritura
“Los discípulos le rogaban, diciendo: Rabí, come. Pero Él les
dijo: Yo tengo para comer una comida que ustedes no conocen. Los discípulos
entonces se decían entre sí: ¿Le habrá traído alguien de comer? Jesús les dijo:
Mi comida es hacer la voluntad del que me envió y llevar a cabo su obra.” Jn 4, 31-34.
“En esos días María se levantó y fue apresuradamente a la región
montañosa, a una ciudad de Judá; y entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Y aconteció que cuando Isabel oyó el saludo de María, la criatura saltó en su
vientre; e Isabel quedó llena del Espíritu Santo.” Lc 1, 39-41.
o
Lectura sobre el Misterio de María – VERDADERA DEVOCIÓN A MARÍA
[Los números en corchete son los números del “tratado de la
verdadera devoción”]
María en el misterio de la Iglesia
He dicho que esto acontecerá especialmente hacia el fin del mundo
y muy pronto porque el Altísimo y su Santísima Madre han de formar grandes
santos que superarán en santidad a la mayoría de los otros santos cuanto los
cedros del Líbano exceden a los arbustos. Así fue revelado a un alma santa,
cuya vida escribió de Renty. [47]
Estos grandes santos, llenos de gracia y dinamismo, serán
escogidos por Dios para oponerse a sus enemigos, que bramarán por todas partes.
Tendrán una excepcional devoción a la Santísima Virgen, quien les esclarecerá
con su luz, les alimentará con su leche, les sostendrá con su brazo y les
protegerá, de suerte que combatirán con una mano y construirán con la otra. Con
una mano combatirán, derribarán, aplastarán a los herejes con sus herejías, a
los cismáticos con sus cismas, a los idólatras con sus idolatrías y a los
pecadores con sus impiedades. Con la otra edificarán el templo del verdadero
Salomón y la mística ciudad de Dios, es decir, la Santísima Virgen, llamada
precisamente por los Padres, Templo de Salomón y Ciudad de Dios.
Con sus palabras y ejemplos atraerán a todos a la verdadera
devoción a María. Esto les granjeará muchos enemigos, pero también muchas
victorias y gloria para Dios solo. Así lo reveló Dios a Vicente Ferrer, gran
apóstol de su siglo, como lo consignó claramente en uno de sus escritos.
Es lo que parece haber predicho el Espíritu Santo con las palabras
del salmista:
"...Y sepan que Dios domina en Jacob, hasta los confines de
la tierra. Regresan a la tarde, aúllan como perros, rondan por la ciudad en
busca de comida..."
Esta ciudad a la que acudirán los hombres al fin del mundo para
convertirse y saciar su hambre de justicia es la Santísima Virgen a quien el
Espíritu Santo llama "morada y ciudadela de Dios". [48]
o
Rezo del Santo
Rosario
o
Participación
en la Santa Eucaristía
3.-
Por la noche:
o
Examen de
conciencia
o
Rezar:
Acto de Contrición
Pésame Dios mío, me arrepiento de todo corazón de haberte
ofendido. Sobre todo porque al pecar te ofendí a ti, que tanto me amas.
Propongo firmemente, con la ayuda de tu gracia, no volver a pecar y apartarme
de las ocasiones próximas de pecado. Amén.
La Salve
Dios te salve, Reina, Madre de Misericordia, vida, dulzura y
esperanza nuestra, Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a
ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora,
abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de
este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente!
¡Oh piadosa! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros, Santa
Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y
promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.
“Nunc dimitis”
Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en
paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador a quien has presentado ante todos
los pueblos. Luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Cinco Ave María
Ave María
Dios te salve, María. Llena eres de gracia. El Señor es contigo.
Bendita Tú eres, entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Visita
Evangelización Activa
Evangelización Activa, es un equipo
de laicos comprometidos dirigido por el Pbro. Ernesto María Caro, que desde
1997 lleva la Palabra de Dios a todos los rincones del mundo mediante el uso de
los medios electrónicos.
Nota Importante:
Este documento tiene como
finalidad animarte a ti, amable lector, a Consagrarte a Jesucristo, por medio
de María. Adquiere el libro “A Jesús por María”, Un camino para la perfecta
consagración, del Padre Ernesto María Caro Osorio, en www.integractiva.com.mx e
invita a más personas a vivir esta maravillosa experiencia de Encuentro con
Jesús, conducido de la mano de María.