II SEMANA - TERCER DÍA - Consagración de nuestros bienes interiores

II SEMANA – TERCER DÍA 

Consagración de nuestros bienes interiores. Direccionar todos nuestros pensamientos y sentimientos a Dios.




1.- Por la mañana, al levantarse:

Rezar:
o        Credo
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros lo hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

o        Magníficat
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí. Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su santa alianza según lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. (Lucas 1, 46-55)
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amen.

o        Consagración del día a María para que actúe en nosotros y nos proteja de todo peligro.
Oh, Señora mía, oh, Madre mía, yo me ofrezco enteramente a Ti, y en prueba de mi filial afecto te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra: todo mi ser. Ya que soy todo tuyo, oh, Madre de bondad, guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya. Amén.

o        Invocación del Espíritu Santo.
Ven, Espíritu Santo,
y envía del Cielo
un rayo de tu luz.
Ven, padre de los pobres,
ven, dador de gracias,
ven luz de los corazones.
Consolador magnífico,
dulce huésped del alma,
su dulce refrigerio.
Descanso en la fatiga,
brisa en el estío,
consuelo en el llanto.
¡Oh luz santísima!
llena lo más íntimo
de los corazones de tus fieles.
Sin tu ayuda,
nada hay en el hombre,
nada que sea bueno.
Lava lo que está manchado,
riega lo que está árido,
sana lo que está herido.
Dobla lo que está rígido,
calienta lo que está frío,
endereza lo que está extraviado.
Concede a tus fieles,
que en Ti confían
tus siete sagrados dones.
Dales el mérito de la virtud,
dales el puerto de la salvación,
dales la felicidad eterna. Amén.

o        Oración
María, tú que desde el seno del Padre, te gozas con la Trinidad al contemplar la maravilla de la creación, pues ves con ella que todo es bueno y bello, yo te consagro todo eso que es creado en la restauración final de toda cosa. María, Reina Inmaculada del universo, triunfa y reina en todo corazón y en todo el mundo; triunfa sobre todos los poderes del aire, sobre los tronos y sobre las dominaciones, sobre las esferas angélicas. Madre de aquel que nos ha mostrado el rostro del Padre, del rey de reyes, del rey pobre y mendigo de nuestro amor, yo te consagro a todos aquellos que ejercen un poder en la Iglesia, a todos aquellos que reinan o dirigen al mundo en tu nombre, para que todos se sometan a las órdenes de Jesús y se hagan servidores de todos. Amén.



Proponer y pedir al Espíritu Santo, que nos dé su gracia para poder vivir:

o        El Propósito del día:
Elevar mis pensamientos a las cosas divinas… a los misterios de Dios.
o        La imitación de María:
Convencerme de que Dios tiene un proyecto maravilloso para mi vida.
o        Y la práctica Penitencial:
Renunciar a mis antojos y cambiarlos por un Avemaría.



2.- En el momento más oportuno:

o        Lectura de la Sagrada Escritura
“Y cuando vio las multitudes, subió al monte; y después de sentarse, sus discípulos se acercaron a Él. Entonces, empezó a enseñarles diciendo: Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los que lloran, pues ellos serán consolados. Bienaventurados los humildes, pues ellos heredarán la tierra. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, pues ellos recibirán misericordia. Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios. Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados aquellos que han sido perseguidos por causa de la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan, y digan todo género de mal contra vosotros falsamente, por causa de mí. Regocijaos y alegraos, porque vuestra recompensa en los cielos es grande, porque así persiguieron a los profetas que fueron antes que vosotros.” Mt 5, 1-12.

“Y entrando en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose le adoraron; y abriendo sus tesoros le presentaron obsequios de oro, incienso y mirra. Y habiendo sido advertidos por Dios en sueños que no volvieran a Herodes, partieron para su tierra por otro camino.” Mt 2, 11-12.

o        Lectura sobre el Misterio de María – VERDADERA DEVOCIÓN A MARÍA
[Los números en corchete son los números del “tratado de la verdadera devoción”]

María en el misterio de la Iglesia

Las palabras y figuras del Antiguo y del Nuevo Testamento lo demuestran. El sentir y ejemplo de los santos lo confirman. La razón y la experiencia lo enseñan y demuestran. El demonio mismo y sus secuaces, impelidos por la fuerza de la verdad, se han visto obligados a confesarlo muchas veces, a pesar suyo.

De todos los pasajes de los Santos Padres y Doctores de los cuales he elaborado una extensa colección para probar esta verdad presento solamente uno para no ser prolijo: "Ser devoto tuyo, oh, María, dice San Juan Damasceno es un arma de salvación que Dios ofrece a los que quiere salvar". [41]

Podría referir aquí varias historias que comprueban esto. Entre otras:

a. La que se cuenta en las crónicas de San Francisco: cuando vio en éxtasis una larga escalera que llegaba hasta el cielo y en cuya cima estaba la Santísima Virgen. Se le indicó que para llegar al cielo era necesario subir por dicha escalera.

b. La que se refiere en las crónicas de Santo Domingo. Cerca de Carcasona, donde el Santo predicaba el Rosario, quince mil demonios que se habían apoderado de un desgraciado hereje, se vieron forzados a confesar, con gran confusión suya, por mandato de la Santísima Virgen, muchas, grandes y consoladoras verdades referentes a la devoción a María, con tal fuerza y claridad que, por poco devoto que seas de la Santísima Virgen, no podrás leer esta auténtica historia y el panegírico que el demonio, a pesar suyo, hizo de esta devoción, sin derramar lágrimas de alegría. [42]

o        Rezo del Santo Rosario

o        Participación en la Santa Eucaristía



3.- Por la noche:

o        Examen de conciencia

o        Rezar:

Acto de Contrición
Pésame Dios mío, me arrepiento de todo corazón de haberte ofendido. Sobre todo porque al pecar te ofendí a ti, que tanto me amas. Propongo firmemente, con la ayuda de tu gracia, no volver a pecar y apartarme de las ocasiones próximas de pecado. Amén.

La Salve
Dios te salve, Reina, Madre de Misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente! ¡Oh piadosa! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.


“Nunc dimitis”
Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador a quien has presentado ante todos los pueblos. Luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Cinco Ave María

Ave María
Dios te salve, María. Llena eres de gracia. El Señor es contigo. Bendita Tú eres, entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.


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Evangelización Activa, es un equipo de laicos comprometidos dirigido por el Pbro. Ernesto María Caro, que desde 1997 lleva la Palabra de Dios a todos los rincones del mundo mediante el uso de los medios electrónicos.

Nota Importante:
Este documento tiene como finalidad animarte a ti, amable lector, a Consagrarte a Jesucristo, por medio de María. Adquiere el libro “A Jesús por María”, Un camino para la perfecta consagración, del Padre Ernesto María Caro Osorio, en www.integractiva.com.mx  e invita a más personas a vivir esta maravillosa experiencia de Encuentro con Jesús, conducido de la mano de María.

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