III SEMANA - CUARTO DÍA - Consagración de nuestros sentidos

III SEMANA – CUARTO DÍA

Consagración de nuestros sentidos. Que todos los sentidos busquen y pertenezcan a Dios.




1.- Por la mañana, al levantarse:

Rezar:
o        Credo
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros lo hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

o        Magníficat
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí. Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su santa alianza según lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. (Lucas 1, 46-55)
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amen.

o        Consagración del día a María para que actúe en nosotros y nos proteja de todo peligro.
Oh, Señora mía, oh, Madre mía, yo me ofrezco enteramente a Ti, y en prueba de mi filial afecto te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra: todo mi ser. Ya que soy todo tuyo, oh, Madre de bondad, guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya. Amén.

o        Invocación del Espíritu Santo.
Ven, Espíritu Santo,
y envía del Cielo
un rayo de tu luz.
Ven, padre de los pobres,
ven, dador de gracias,
ven luz de los corazones.
Consolador magnífico,
dulce huésped del alma,
su dulce refrigerio.
Descanso en la fatiga,
brisa en el estío,
consuelo en el llanto.
¡Oh luz santísima!
llena lo más íntimo
de los corazones de tus fieles.
Sin tu ayuda,
nada hay en el hombre,
nada que sea bueno.
Lava lo que está manchado,
riega lo que está árido,
sana lo que está herido.
Dobla lo que está rígido,
calienta lo que está frío,
endereza lo que está extraviado.
Concede a tus fieles,
que en Ti confían
tus siete sagrados dones.
Dales el mérito de la virtud,
dales el puerto de la salvación,
dales la felicidad eterna. Amén.

o        Oración
María, Madre del Bello Amor, yo te consagro mi sensibilidad, a ti que supiste aceptar la vida tal y como Dios te la fue proponiendo. Te consagro mi comodidad para disfrutarla, pero para que de igual modo pueda disfrutar lo que no me es placentero. Intercede por mi ante la Santísima Trinidad, para que sepa vivir con alegría los momentos cómodos y los incómodos; para que como tú, de gloria a Dios, en todos momento.

María, obtén para mí el amor para todas las ocasiones en que la incomodidad se presente en mi vida, para que como tú, en Belén, sepa ser feliz con la vida como se va presentando y disfrute en el amor de Dios todos los momentos de mi vida. ¡Oh, Madre! ¡Oh alma! ¡Oh amiga!, ¡Oh Bienamada de nuestros corazones! Amén.



Proponer y pedir al Espíritu Santo, que nos dé su gracia para poder vivir:

o        El Propósito del día:
No quejarme por las incomodidades. Vivirlas con paz.
o        La imitación de María:
Recordar que el lugar en el que dio a luz a su Hijo amado estuvo lleno de incomodidades.
o        Y la práctica Penitencial:
Usar, al menos por un rato, algo que me incomode.



2.- En el momento más oportuno:

o        Lectura de la Sagrada Escritura
“No que hable porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación. Sé vivir en pobreza, y sé vivir en prosperidad; en todo y por todo he aprendido el secreto tanto de estar saciado como de tener hambre, de tener abundancia como de sufrir necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” Fil 4,11-13.

“Y también José subió de Galilea, de la ciudad de Nazareth, a Judea, a la ciudad de David que se llama Belén, por ser él de la casa y de la familia de David, para inscribirse junto con María, su esposa, la cual estaba encinta. Y sucedió que mientras estaban ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito; le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.” Lc 8, 19-21.

o        Lectura sobre el Misterio de María – VERDADERA DEVOCIÓN A MARÍA
[Los números en corchete son los números del “tratado de la verdadera devoción”]

María en el misterio de la Iglesia

c.  María y los apóstoles de los últimos tiempos

Si, Dios quiere que su Madre Santísima, sea ahora más conocida, amada y honrada que nunca. Lo que sucederá sin duda, si los predestinados, con la gracia y luz del Espíritu Santo, entran y penetran en la práctica interior y perfecta de la devoción que voy a manifestarles en seguida.

Entonces verán, en cuanto lo permita la fe, a esta hermosa estrella del mar y, guiados por Ella, llegará a puerto seguro, a pesar de las tempestades y de los piratas.

Entonces conocerán las grandezas de esta Soberana y se consagrarán enteramente a su servicio como súbditos y esclavos de amor.

Entonces saborearán sus dulzuras y bondades maternales y la amarán tiernamente como sus hijos predilectos.

Entonces experimentarán las misericordias en que Ella reboza y la necesidad en que están de su socorro, recurrirán en todo a Ella, como a su querida Abogada y Medianera ante Jesucristo.

Entonces sabrán que María es el medio más seguro, fácil, corto y perfecto para llegar hasta Jesucristo y se consagrarán a Ella en cuerpo y alma sin reserva alguna, para pertenecer del mismo modo a Jesucristo. [55]

Pero, ¿qué serán estos servidores, esclavos e hijos de María? Serán fuego encendido, ministros del Señor, que prenderán por todas partes el fuego del amor divino.

Serán flechas agudas en la mano poderosa de María para atravesar a sus enemigos: como saetas en mano de un valiente.

Serán hijos de Levi, bien purificados por el fuego de grandes tribulaciones y muy unidos a Dios. Llevarán en el corazón el fuego del amor, el incienso de la oración en el espíritu y en el cuerpo la mirra de la mortificación.

Serán en todas partes el buen olor de Jesucristo para los pobres y sencillos; pero para los grandes, los ricos y mundanos orgullosos serán olor de muerte. [56]

o        Rezo del Santo Rosario

o        Participación en la Santa Eucaristía



3.- Por la noche:

o        Examen de conciencia

o        Rezar:

Acto de Contrición
Pésame Dios mío, me arrepiento de todo corazón de haberte ofendido. Sobre todo porque al pecar te ofendí a ti, que tanto me amas. Propongo firmemente, con la ayuda de tu gracia, no volver a pecar y apartarme de las ocasiones próximas de pecado. Amén.

La Salve
Dios te salve, Reina, Madre de Misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente! ¡Oh piadosa! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.


“Nunc dimitis”
Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador a quien has presentado ante todos los pueblos. Luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Cinco Ave María

Ave María
Dios te salve, María. Llena eres de gracia. El Señor es contigo. Bendita Tú eres, entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.


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Evangelización Activa, es un equipo de laicos comprometidos dirigido por el Pbro. Ernesto María Caro, que desde 1997 lleva la Palabra de Dios a todos los rincones del mundo mediante el uso de los medios electrónicos.

Nota Importante:
Este documento tiene como finalidad animarte a ti, amable lector, a Consagrarte a Jesucristo, por medio de María. Adquiere el libro “A Jesús por María”, Un camino para la perfecta consagración, del Padre Ernesto María Caro Osorio, en www.integractiva.com.mx  e invita a más personas a vivir esta maravillosa experiencia de Encuentro con Jesús, conducido de la mano de María.


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