Y... ¿Qué sigue después?...
Y…
¿Qué sigue después?...
A partir de mi CONSAGRACIÓN, debo vivir, cada día,
buscando hacer en todo la Voluntad de Dios, viviendo en su
Gracia. Seguir perseverando en la Oración, en la frecuencia en los Sacramentos, en el
ENCUENTRO con Jesús, a través de su Palabra, en una Lectura Orante, dando
TESTIMONIO y llevando a otros el amor de Dios.
Desde luego, invitar una o
más personas, a vivir esta maravillosa experiencia.
Renovar, cada día, mi
CONSAGRACIÓN.
De acuerdo a los dones que
Dios me ha regalado, ponerlos al servicio de los demás, en mi Comunidad
Parroquial, integrándome a algún apostolado.
¡TODO A JESÚS, POR MARÍA Y TODO A MARÍA, PARA JESÚS!