Preparando una buena Confesión
PREPARANDO UNA BUENA CONFESIÓN, PARA VIVIR EN ESTADO DE GRACIA MI CONSAGRACIÓN
SOBRE EL SACRAMENTO DE LA
PENITENCIA Y RECONCILIACIÓN
Se le
denomina Sacramento de la Penitencia, Sacramento de Conversión, Sacramento de
la Confesión, Sacramento del Perdón y Sacramento de Reconciliación (Catecismo
de la Iglesia Católica 1422 al 1424)
LA RECONCILIACIÓN:
Los
cristianos estamos llamados a la santidad; para ello hay que vivir en gracia de
Dios; pero podemos perder la gracia bautismal por el pecado mortal, que mata la
vida sobrenatural del alma y rompe la amistad y la comunión con Dios. El
pecado, como explica el Papa Juan Pablo II, es un acto suicida, porque ante todo,
el hombre se daña a sí mismo, destruyendo toda obra buena.
El
Señor Jesús ha instituido el sacramento de la penitencia, que se llama también
y muy adecuadamente "Sacramento de la Reconciliación"
o Confesión, para perdonar los pecados cometidos después del Bautismo y
abrirnos así la puerta a la reconciliación con Dios.
Jesucristo,
por ser Dios, tiene poder para perdonar los pecados, y dio este poder a los
Apóstoles y sus sucesores en el sacerdocio, quienes actúan "en la persona
de Cristo"; o sea que, de hecho, es el mismo Jesucristo el que perdona por
el misterio del sacerdote.
¿Qué
es el sacramento de la reconciliación?
Es
el sacramento instituido por Jesucristo para perdonar los pecados cometidos
después del Bautismo.
¿Qué
es necesario para hacer una buena confesión?
Para
hacer una buena confesión es necesario:
1º
Examen de conciencia.
2º
Dolor de los pecados.
3º
Propósito de enmienda.
4º
Decir los pecados al confesor.
5º
Cumplir la penitencia.
¿Qué
es el examen de conciencia?
Es
recordar los pecados cometidos desde la última confesión bien hecha.
¿Qué
es el dolor de los pecados?
Es
un sentimiento o pena interior de haber ofendido a Dios.
¿Qué
es propósito de la enmienda?
El
propósito de la enmienda es una firme resolución de no volver a pecar y de
evitar todo lo que pueda ser ocasión de cometer pecados.
¿Qué
pecados debemos confesar?
Debemos
confesar todos los pecados mortales no confesados anteriormente, con su número
y circunstancias. Conviene decir también los pecados veniales.
¿Qué
pecado comete el que calla por vergüenza la confesión de algún pecado mortal?
El
que calla por vergüenza la confesión de algún pecado mortal comete un grave
pecado llamado sacrilegio, y no se le perdonan los otros pecados confesados.
¿Qué
ocurre si se olvida la confesión de un pecado mortal?
Si
se olvida la confesión de un pecado mortal, la confesión vale, pero el pecado
olvidado debe manifestarse en la próxima confesión.
¿Qué
es cumplir la penitencia?
Cumplir
la penitencia es rezar las oraciones y hacer las buenas obras que manda el
confesor.
¿Qué
es el secreto de confesión?
El
secreto de confesión es el silencio absoluto que el sacerdote está obligado a
guardar sobre los pecados escuchados en la confesión.
PREPARANDO TU CONFESIÓN
“Custodiar el corazón
Papa Francisco, meditación en Santa Marta, 10 de octubre de 2014
¿Custodiamos bien nuestro corazón?
Es necesario custodiar nuestro corazón donde habita el Espírito
Santo “para que no entren los demás espíritus”. “Cuántas veces entran los malos
pensamientos, las malas intenciones, los celos, las envidias. Tantas cosas, que
entran. ¿Pero quién ha abierto aquella puerta? ¿Por dónde han entrado? Si yo no
me doy cuenta” de cuanto “entra en mi corazón, mi corazón se convierte en una
plaza, donde todos van y vienen. Un corazón sin intimidad, un corazón donde el
Señor no puede hablar y ni siquiera ser escuchado”. En este sentido, es
recomendable la práctica, muy antigua «pero buena», del examen de conciencia.
«Quién de nosotros a la noche, antes de terminar el día, cuando se
queda solo» y en silencio, «no se pregunta: ¿qué sucedió hoy en mi corazón?
¿Qué sucedió? ¿Qué cosas pasaron por mi corazón?». Es un ejercicio importante,
una verdadera «gracia» que puede ayudarnos a ser buenos custodios. Porque, como
recordó el Papa, «los diablos vuelven siempre, incluso hasta el final de la
vida». Y para vigilar que los demonios no entren en nuestro corazón es
necesario saber «estar en silencio ante nosotros mismos y ante Dios», para
verificar si en nuestra casa «entró alguien» que no conocemos y si «la llave
está en su lugar». El Papa concluyó diciendo que esto «nos ayudará a
defendernos de muchas maldades, incluso de las que nosotros mismos podamos
realizar».
CONFESIÓN Y
PERDÓN DE LOS PECADOS
Por qué confesarse
¡Porque somos pecadores! Es decir, pensamos y actuamos de modo
contrario al Evangelio. Quien dice estar sin pecado es un mentiroso o un ciego.
En el sacramento Dios Padre perdona a quienes, habiendo negado su condición de
hijos, se confiesan de sus pecados y reconocen la misericordia de Dios. Puesto
que el pecado de uno solo daña al cuerpo de Cristo que es la Iglesia, el
sacramento tiene también como efecto la reconciliación con los hermanos.
Cómo confesarse
No es siempre fácil confesarse: no se sabe que decir, se cree que
no es necesario dirigirse al sacerdote…Tampoco es fácil confesarse bien: hoy
como ayer, la dificultad más grande es la exigencia de orientar de nuevo
nuestros pensamientos, palabras y acciones que, por nuestra culpa, nos
distancian del evangelio. Es necesario «un camino de auténtica conversión, que lleva consigo un aspecto
“negativo” de liberación del pecado, y otro aspecto “positivo” de elección del
bien enseñado por el Evangelio de Jesús. Este es el contexto para la digna
celebración del sacramento de la Penitencia. El camino a recorrer, comienza por
la escucha de la voz de Dios y prosigue con el examen de conciencia, el
arrepentimiento y el propósito de la enmienda, la invocación de la misericordia
divina que se nos concede gratuitamente mediante la absolución, la confesión de
los pecados al sacerdote, la satisfacción o cumplimiento de la penitencia
impuesta, y finalmente, con la alabanza a Dios por medio de una vida renovada.
Qué confesar
«El que quiere obtener la reconciliación con Dios y con la Iglesia
debe confesar al sacerdote todos los pecados graves que no ha confesado aún y
de los que se acuerde, tras examinar cuidadosamente su conciencia. La confesión
de las faltas veniales, está recomendada vivamente por la Iglesia». (Catecismo
de la Iglesia Católica, 1493)
Examen de conciencia
Consiste en interrogarse sobre el mal cometido y el bien emitido:
hacia Dios, el prójimo y nosotros mismos.
En relación a Dios
¿Solo me dirijo a Dios en caso de necesidad? ¿Participo
regularmente en la Misa los domingos y días de fiesta? ¿Comienzo y termino mi
jornada con la oración? ¿Blasfemo en vano el nombre de Dios, de la Virgen, de
los santos? ¿Me he avergonzado de manifestarme como católico? ¿Qué hago para
crecer espiritualmente, cómo lo hago, cuándo lo hago? ¿Me revelo contra los
designios de Dios? ¿Pretendo que Él haga mi voluntad?
En relación al prójimo
¿Sé perdonar, tengo comprensión, ayudo a mi prójimo? ¿Juzgo sin
piedad tanto de pensamiento como con palabras? ¿He calumniado, robado,
despreciado a los humildes y a los indefensos? ¿Soy envidioso, colérico, o
parcial? ¿Me avergüenzo de la carne de mis hermanos, me preocupo de los pobres
y de los enfermos? ¿Soy honesto y justo con todos o alimento la cultura del
descarte? ¿Incito a otros a hacer el mal? ¿Observo la moral conyugal y familiar
enseñada por el Evangelio? ¿Cómo cumplo mi responsabilidad de la educación de
mis hijos? ¿Honoro a mis padres? ¿He rechazado la vida recién concebida? ¿He colaborado
a hacerlo? ¿Respeto el medio ambiente?
En relación a mí mismo
¿Soy un poco mundano y un poco creyente? ¿Cómo, bebo, fumo o me
divierto en exceso? ¿Me preocupo demasiado de mi salud física, de mis bienes?
¿Cómo utilizo mi tiempo? ¿Soy perezoso? ¿Me gusta ser servido? ¿Amo y cultivo
la pureza de corazón, de pensamientos, de acciones? ¿Nutro venganzas, alimento
rencores? ¿Soy misericordioso, humilde, y constructor de paz?
Acto de contrición
Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados
que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón porque con ellos he
ofendido a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar y confío en
que por tu infinita misericordia me has de conceder el perdón de mis pecados, y
me has de llevar a la vida eterna.”
(Del
Librito “Custodia el Corazón” que fue regalado por el Papa Francisco a los
peregrinos que acudieron al rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro el 22 de
febrero de 2015)
Estudiar más sobre este Sacramento en el Catecismo de la Iglesia
Católica, Números 1422, 1498)